Los recubrimientos de metales cumplen propósitos importantes más allá del acabado estético. Algunos tipos protegen las superficies e incrementan la resistencia a la corrosión, otros aumentan la durabilidad y resistencia al desgaste. También pueden suponer un ahorro notable en los procesos productivos, especialmente en joyería y electrónica.
En esta guía verás los principales tipos, sus características y sus aplicaciones más comunes. Además, conocerás sus principales propiedades y ventajas en el ámbito industrial. Pero no sin antes conocer su definición.
¿Qué es un recubrimiento metálico?
Un recubrimiento metálico consiste en depositar una fina capa de metal sobre la superficie de otro material, que generalmente también es metálico, pero no necesariamente.
Se puede aplicar mediante diferentes técnicas como la electrodeposición o galvanoplastia, la deposición electroless (sin usar electricidad), o la deposición física de vapor (PVD), entre otras.
Algunas de las funciones más habituales de un revestimiento metálico son proteger al material base de la corrosión, mejorar su conductividad eléctrica o térmica, aumentar su resistencia a la abrasión, cambiar su apariencia o facilitar la adherencia de pinturas, entre otras ventajas que ampliaremos más adelante. Estas funciones cambian según el metal que compone la capa superficial.
¿Qué tipos de recubrimientos de metales existen?
En función del metal utilizado, existen diversos tipos de recubrimientos metálicos. Cada uno de ellos aporta su propio acabado estético y funcionalidades, por lo que su elección dependerá de la aplicación requerida.
Te sonarán algunos nombres como el galvanizado o el cromado, ya que están presentes en muchos productos que seguramente tengas en tu casa o en piezas de tu coche. Vamos a ver los más comunes a continuación.
Galvanizado
El galvanizado es un recubrimiento de zinc que previene la oxidación y corrosión del metal base. Este es bastante económico y se utiliza mucho en fabricación de hardware y construcción.
Se aplica sumergiendo las piezas en un baño de zinc fundido (galvanizado en caliente) o mediante electrodeposición (galvanizado electrolítico). Es muy recurrido para proteger elementos expuestos a la intemperie como postes, torres, verjas, tuberías, etc.
Niquelado
El niquelado es un proceso de recubrimiento mediante la deposición electrolítica de una capa de níquel desde una solución de sulfato de níquel.
Aporta mayor brillo, dureza y resistencia a la corrosión al material recubierto, haciéndolo más duradero.
Las principales aplicaciones del niquelado son para proteger o embellecer elementos industriales, pero también objetos como llaves, cerraduras o monedas; y otros como conectores eléctricos, tambores de lavadoras, bicicletas y sartenes antiadherentes.
Además, el níquel puede combinarse con otros metales como el cromo o el cadmio para obtener propiedades específicas en el recubrimiento.
Cromado
El cromado es un acabado decorativo brillante y resistente a la corrosión.
El cromo se deposita sobre níquel o cobre mediante electrodeposición desde un baño de ácido crómico.
Se utiliza, por ejemplo, en grifería, automóviles y muebles de metal. También tiene aplicaciones industriales como recubrimiento duro en cigüeñales, moldes, cilindros de imprenta, etcétera.
El cromado es un acabado superficial apreciado por aportar belleza, durabilidad y facilidad de limpieza.
Latonado
El latonado es un recubrimiento de una aleación de cobre y zinc (latón) que mejora el acabado estético, es resistente a la corrosión y facilita el mecanizado.
Se aplica mediante inmersión en un baño de latón fundido o por deposición electrolítica de latón.
Sus aplicaciones más típicas son para componentes eléctricos, armamento, cerrajería, fontanería, maquinaria industrial y piezas decorativas.
Dorado
El dorado, o chapado en oro, es la deposición de una fina capa de oro sobre otro metal, generalmente cobre, plata o latón.
Existen varias técnicas: dorado galvánico, dorado al fuego, dorado al mercurio y dorado en frío con sales de oro.
Aporta belleza estética, una mejor conductividad eléctrica y mayor resistencia a la corrosión. Por eso se usa principalmente en joyería, electrónica y menaje doméstico.
Plateado
El plateado consiste en cubrir un metal base con una capa fina de plata. Se realiza mediante deposición electrolítica, deposición química o aplicando una lámina de plata sobre el metal base. La plata ofrece propiedades como un mayor brillo, conductividad y resistencia a la oxidación.
Se emplea, por ejemplo, para abaratar artículos que originalmente serían de plata maciza, como joyas, cuberterías o candelabros. Pero también se usa en componentes electrónicos debido a su buena conductividad de la electricidad.
Pintura en polvo
La pintura se aplica electrostáticamente, luego se hornea para curarla y lograr un acabado liso y brillante resistente a la intemperie. Se usa para recubrir metales como el aluminio, el acero o el hierro.
Ofrece una excelente uniformidad de recubrimiento, variedad de colores, resistencia a la corrosión y al desgaste. Se utiliza en carpintería metálica, estanterías, mobiliario urbano, maquinaria, etcétera.
Estañado
El revestimiento de estaño protege de la corrosión a metales como el cobre y el hierro. Se emplea en la fabricación de latas de conserva, tanques, tuberías y soldaduras.
Se realiza sumergiendo las piezas en un baño de estaño fundido o también mediante deposición electrolítica.
El estaño confiere una superficie suave, brillante y no tóxica, y es apto para envases de alimentos y bebidas. También es un buen conductor eléctrico, por eso se utiliza en electrónica y electricidad.
¿Para qué sirven los recubrimientos metálicos?
Los recubrimientos cumplen funciones múltiples y variadas. Dependiendo del tipo de metal empleado, pueden destinarse a diferentes aplicaciones y propósitos. En general, estos revestimientos suelen utilizarse para:
- Proteger contra la corrosión u oxidación.
- Mejorar la conductividad eléctrica y térmica.
- Mejorar el acabado superficial.
- Reducir la fricción y el desgaste.
- Facilitar la limpieza y el mantenimiento.
- Aumentar la resistencia a ambientes agresivos.
- Mejorar la adherencia para pinturas y barnices.
- Reforzar la resistencia mecánica.
- Reflejar la luz o el calor.
- Dotar al material de biocompatibilidad y aptitud alimentaria.
¿En qué productos se pueden usar los recubrimientos de metales?
Gracias a todas sus ventajas, los recubrimientos se utilizan para una gran variedad de aplicaciones, algunos de los cuales son:
- Acabados de joyería, bisutería, monedas y medallas.
- Aumentar la durabilidad del menaje de cocina, grifería, accesorios de baño, muebles de metal y electrodomésticos.
- Proteger piezas de coches, motos, embarcaciones o aviones del óxido y la corrosión.
- Fabricar envases y latas metálicas aptos para alimentos.
- Como recubrimientos protectores para maquinaria industrial, herramientas y elementos de construcción.
- Mejorar la conductividad en equipos electrónicos e instrumentos científicos.
- Añadir distintas propiedades a implantes médicos y dentales.
Como hemos visto, estos tratamientos superficiales son esenciales para mejorar la apariencia, durabilidad y funcionalidad de todo tipo de productos en multitud de sectores industriales y de consumo.